El Centro Internacional de Capacitación y Métodos de Monitoreo Financiero junto con el Centro analítico de la ANEF llevaron a cabo un estudio sociológico enfocado en la evaluación de las habilidades profesionales y características personales de los empleados de la inteligencia financiera. Los resultados de este estudio cuyo alcance superó 15 mil estudiantes, profesores y expertos mostraron claramente qué habilidades tienen que desarrollar los futuros especialistas y cómo se diferencia la percepción de las cualidades clave en los estudiantes que eligieron determinadas especialidades, en los profesores, docentes o empleadores.
El estudio se realizó en 6 países de la CEI: Federación Rusa, República de Belarús, República de Kazajistán, República de Kirguistán, República de Tayikistán y República de Uzbekistán.
En el estudio participaron 3 grupos de respondentes:
- estudiantes de escuelas superiores pertenecientes al Instituto Internacional de Redes en el ámbito de prevención del lavado de activos y el financiamiento del terrorismo (IIR);
- profesores y docentes de las escuelas superiores que imparten programas de estudios con especialización en seguridad financiera;
- empleadores, empresas participantes en sistemas nacionales antilavado.
El número total de respondentes era superior a 15.000 personas.
Habilidades duras: diferencia en los puntos de vista
Más de la mitad de los estudiantes (el 54%) nombran la adquisición de competencias profesionales (habilidades duras) como el objetivo principal de los estudios. La demanda de estas habilidades es más alta entre los que cursaron estudios superiores en Rusia (el 58%) y Belarús (el 56%).
Entre el top 5 de las competencias que pueden ser empleadas directamente en el marco de trabajo según la especialidad elegida, para los estudiantes:
- análisis de las operaciones financieras (transacciones), materiales de investigaciones financieras, esquemas del lavado de activos ilícitos (el 46%),
- aplicación de herramientas modernas en el ámbito de las tecnologías financieras (el 33%),
- preparación de la información estadística, trabajo con bases de datos (32%),
- preparación de materiales de evaluación profesional (30%),
- análisis de la legislación vigente y sus modificaciones (29%).
Los profesores también situaban en el primer lugar la habilidad de análisis de operaciones financieras, sin embargo, la proporción de aquellos que lo considera muy importante es bastante más alta (el 66% de los profesores contra el 46% de los estudiantes). Los profesores y docentes en general valoran más la necesidad de adquirir habilidades duras, este desajuste también se observa en relación con otras habilidades.
La clasificación de las competencias de los profesores y estudiantes también coincide en lo relacionado a la aplicación de nuevas tecnologías y las habilidades para trabajar de manera analítica (el 45% y el 36% respectivamente). La diferencia en la opinión de los profesores consiste en el acento en las competencias que llevan a la prevención de los delitos, es decir, la capacidad de detectar indicios de una actividad financiera sospechosa y la capacidad de clasificarlos según la tipología (el 37% en tercer lugar en el top de habilidades duras según la evaluación de los profesores).
En lo referente a los empleadores, en primer lugar, está la demanda de la capacidad de analizar la legislación (el 49%) y no el análisis de transacciones concretas. El análisis de transacciones sospechosas se encuentra en el segundo lugar (el 46%). El top 5 de las habilidades importantes desde el punto de vista de los empleadores incluye también las habilidades para trabajar con nuevas tecnologías (el 43%), competencias en la estadística y la capacidad de detectar indicios de operaciones sospechosas (el 33% para cada una).
Habilidades blandas: diferencia en los puntos de vista
Más de un tercio de los estudiantes de los países de la CEI consideran que una tarea importante de la enseñanza es la obtención de las competencias blandas («flexibles», que pueden ser empleados en diferentes ámbitos). La evaluación máxima de estas competencias se observa entre los estudiantes de Bielarús (el 64%). Las competencias blandas tienen la menor importancia para los estudiantes de Tayikistán (el 10%) y Kazajistán (el 12%).
Según los estudiantes, las competencias universales más importantes, que pueden ser útiles para su profesión son:
- autodesarrollo y gestión de conocimientos (el 51%),
- competencias de comunicación (el 49%),
- capacidad de trabajar con la información (análisis de la información y toma de decisiones el 49%),
- resistencia al estrés (el 49%),
- pensamiento crítico (el 48%).
Los profesores y empleadores también valoran bastante alto la necesidad de que los especialistas en seguridad financiera se dediquen al autodesarrollo y control de conocimientos, que posean competencias desarrolladas de comunicación y que sepan trabajar con la información. Sin embargo, tanto unos como los otros no valoran excesivamente alto la resistencia al estrés o el pensamiento crítico profesional.
Tanto los profesores como los empleadores incluyen entre el top 5 de competencias «flexibles» la autoorganización y la planificación, al igual que la orientación al resultado. Para ellos es importante que el especialista sepa distribuir las tareas, resolver problemas emergentes y elegir las vías más eficientes en el logro de su objetivo estratégico.
Oleg Ivanov, primer vicedirector general del ITMCFM:
«El incremento del nivel de formación profesional de los RR.HH. es una de las tareas para perfeccionar el funcionamiento de los sistemas nacionales de la PLA/FT. La relevancia de las expectativas de los futuros empleadores y la elección consciente de las competencias y habilidades por los estudiantes favorecen la incorporación armónica del especialista al sistema existente.
Los resultados de la encuesta mostraron que en los asuntos de «competencias blandas» las opiniones de los jóvenes, los profesores y los expertos en el campo de la seguridad financiera en general convergen, sin embargo, en lo relativo a las competencias profesionales («competencias duras») los empleadores en potencia resaltan la importancia del conocimiento de la legislación y el análisis de las operaciones y esquemas del lavado de activos ilícitos. Los estudiantes, destacando también la necesidad de las competencias en el análisis, prefieren el conocimiento del conjunto de herramientas en el ámbito de las tecnologías financieras e información estadística.
Una importante diferencia entre los programas de estudios en las escuelas superiores del Instituto Internacional de Redes en el ámbito de la PLA/FT es la participación en la formación profesional de los RR.HH. de los empleadores en potencia y los participantes de los sistemas nacionales antilavado. Este enfoque permitirá a los futuros profesionales dedicar más tiempo a la sumersión práctica en la profesión y adquisición de las competencias demandadas en el mercado de trabajo en el ámbito de la seguridad financiera».